Quiero comenzar con un extracto de la nota preliminar:

Aquellos héroes anónimos nunca preguntaron que les esperaba a 1000 km de casa. Partieron. Sin más. Y progresaron, ayudando, al mismo tiempo, a hacer más prospera una tierra que acabaron considerando suya. Una tierra que era y sigue siendo de todos: Cataluña.

Con esta introducción nos vamos a adentrar en una narrativa pausada y detallada que se desarrolla en los 60, cuándo miles de andaluces emigraron a Cataluña en busca de una vida mejor.

La nostalgia, el sacrificio por salir adelante y poder prosperar en la vida serán la columna vertebral de esta historia que he disfrutado tanto.

Concha y Paz, las protagonistas, me han conquistado, Concha por su lucha contra la opresión a la mujer en la época, revelándose ( que no rebelándose) cómo una mujer moderna aún habiendo recibido una educación cerrada en el pueblo, también por inculcar en su hija, Paz, la importancia de estudiar para ser independiente. Algo que a ella no le permitieron.

Y Paz me conquistó por soñar con un futuro mejor y luchar para conseguirlo. A pesar de crecer en un barrio que no facilitaba a los jóvenes el querer tener mayores aspiraciones para salir de ahí y mejorar.

Concha quería ser enfermera, pero sus padres no la dejan estudiar, no era algo necesario para ser una buena esposa y una mujer de su casa, un pensamiento propio de la época que a mí me sigue produciendo mucha indignación.

No conformándose con destinarla a una dependencia de su marido, también le quieren manejar la vida sentimental intentando concertar un matrimonio que sus padres consideraban apropiado para ella. Pero por ahí no pasa Concha y veremos como la protagonista toma las riendas de su vida. Algo de lo que he disfrutado a lo largo de la novela con Concha ha sido ver su carácter y determinación para defender lo que ella creía que debía hacer.

Al mes de llegar a Cataluña ocurre un suceso trágico que lo sufre de lleno, las riadas que tantos muertos produjeron en el 62, la mayoría inmigrantes andaluces que fueron a levantar Cataluña. Esta catástrofe la deja hundida.

Este mal comienzo sería el principio de unos años duros, de mucho esfuerzo y sacrificio por salir adelante.

Ella iba a adaptándose, pero Diego, su marido, vivía pensando en volver a su tierra, cargado de una nostalgia que la autora refleja a la perfección.

En definitiva, me ha parecido una historia preciosa y os recomiendo su lectura, más aún si sois hijos o nietos de inmigrantes andaluces en Cataluña, os gustará conocer esta parte de la historia de vuestra familia.

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Yolanda