Continuación de Apegos Feroces, la novela es todo voz y sigue sin tener apenas trama. El lector está en la cabeza de Gornick, la mujer protagonista, durante varios días -mientras que ella reflexiona, medita, recuerda y trata de comprender su vida- así que la prosa continúa siendo el fiel reflejo de su mundo interior: libre, intermitente y propensa a la ensoñación y la acción queda en un segundo plano, hecho que, en mi opinión, aburre demasiado al lector y hace de ésta una obra con pasajes muy monótonos.
Leer másLa lectura ha resultado fácil, ya que el argumento y el estilo de la autora en cuanto a narraciones y diálogos son bastante simples. No hay entramados elaborados ni un atrayente que destaque y que haga que te enganches al libro de una manera descomunal. No, no se trata de eso.
Leer más