“Las amigas y conocidas que presumen de haberse quedado a la primera están en el pódium de los tres tópicos más odiados en la reñida competición de Cosas que no hay que decirle a una mujer que quiere quedarse, después del homérico: <
Esta maravillosa obra también nos hace reflexionar sobre la gran industria que se genera en torno a nuestros cuerpos. Que las mujeres quieran ser madres más tarde (o que se vean abocadas a ello) hace que en muchos casos éstas necesiten una fecundación asistida y en base a ello estas empresas de fertilidad han encontrado su nicho de mercado. Su gran y rentable negocio.
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