Editorial: @ediciones_urano

«Esta existencia nuestra es tan pasajera como las nubes de otoño».

Pensamiento budista.

«No se trata de enseñar a morir, sino de ayudar a que cada cual lo haga a su manera».

Marc Antoni Broggi.

«El dolor por la pérdida nos resulta un lugar desconocido hasta que llegamos a él».

Joan Didion, «El año del pensamiento mágico».

«Toda muerte es luminosa, entendida como un encuentro con la propia esencia, con lo más íntimo y trascendente».

Cristina Llagostera.

«Afrontar la muerte puede ayudar a disipar el temor y la oscuridad que suscita».

Irving Yalom.

————————————————————

Meditar sobre lo que significa morir resulta contracultural en nuestros días. La muerte nos habla de impermanencia, de incertidumbre, de desprendimiento absoluto. Cuestiones poco populares en una sociedad que tiende al consumismo y a atesorar bienes, que es amante del control y la seguridad, y que por encima de todo aborrece perder, incluso la vida.
Sin embargo, lo que se termina descubriendo es que reflexionar sobre el morir no llama a la muerte, sino a la vida. ¡Qué paradoja!

Como muestra esta maravillosa obra, estructurada en dos partes: Por un lado, se presentan los diez aspectos esenciales que ayudan a comprender la muerte de manera más abierta; Por otro lado, es testimonial, y presenta entrevistas a pacientes/familiares/amigos que abordaron y/o acompañaron la muerte. 

La paz, a menudo, surge de manera simple y espontánea, cuando se abandonan las ideas de lo que debería ser y uno, sencillamente, se entrega a vivir lo que acontece. Nada más fácil. Nada más difícil.

En el duelo -camino propio y único del dolor- se rememora la relación que se mantuvo con la persona que murió, por lo que, aunque el ser querido ya no esté, la relación pervive interna y eternamente. El duelo, de hecho, invita a tomar conciencia del poso que ha dejado en nuestro interior el ser querido que partió. 

En este sentido, el hecho de morir en paz deja simientes valiosas en las personas del entorno, a la vez que puede dejar un impacto positivo y transformador en estos acompañantes. Rendirse supone asumir lo que está aconteciendo sin pretender que sea diferente, aunque no guste. Permitir la oleada de dolor emocional para poder atravesarlo. Es abrir la mano para soltar, en lugar de cerrar el puño buscando controlar lo incontrolable.

Quizá parte de nuestra tarea en la vida sea prepararnos para poder abrirnos con suficiente confianza en ese momento clave.Los testimonios de este libro nos enseñan que es tan importante morir bien como vivir lo mejor posible hasta el final.

¿Y tú? ¿De qué te lamentarías si tuvieses que morir? ¿Qué te gustaría hacer antes, si pudieses?