ALAS Y TIERRA FÉRTIL, de Grela Bravo.
Editorial: Olé Libros
«¿Quién no se ha parado en algún momento sintiendo un vacío en el estómago, esa señal que te indica que te sientes inacabada, fragmentada o incluso, prescrita?».
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De vez en cuando, leo poesía para reconocer la belleza de la vida, para apreciar cada una de las palabras que la conforman y que el sentido de todas ellas ahonde profundamente en mi ser.
De vez en cuando leo poesía para resituarme, para poner el universo en el centro y para ver la vida desde la perspectiva de otra persona.
¿Y tú? ¿Cuándo y para qué lees poesía?
Alas y tierra fértil es un poemario con el que Grela sorprende gratamente. Precisa, con gran sensibilidad, la dicotomía entre la firmeza y la fragilidad, entre lo tangible y lo intangible, entre lo eterno y lo fugaz. Entre la posibilidad y la necesidad de derrumbarse para volver a renacer, a resurgir con más fuerza o, quizás, simplemente con nuevos aprendizajes y habiendo desaprendido lo que era superfluo.
Tras las buenas reseñas que había leído por redes al respecto, no he podido resistirme a disfrutarlo, saboreando cada uno de sus poemas y de los mensajes que la autora quiere transmitir a través de ellos.
