El cuento de la criada
Feminismo, Mujeres, Narrativa

EL CUENTO DE LA CRIADA, de Margaret Atwood.

Pese a participar en su lectura conjunta con vecinas de mi pueblo, y pese a haber visto también parte de la serie, no he podido resistirme a darle fin.

El cuento de la criada me parece una obra fascinante, con detalles estremecedores y con un vocabulario exacto y preciso, que no deja nada al azar. Aunque se presenta como una distopía, me he asombrado yo misma de la cantidad de detalles en la trama que me han llevado a pensar que no sería tan descabellado que sucediese, por desgracia, en nuestra realidad (de ahí que haya empapelado la obra con «post it»).

Es cierto que hemos avanzado mucho en materia de feminismo, pero no seamos hipócritas, queda mucho por hacer todavía. Aún hoy en día hay mujeres que viven un auténtico infierno. Algunas mujeres no pueden decidir cuántos hijos tener, ni incluso cuándo mantener sexo con su pareja. No tienen autoridad ni incluso sobre su propio cuerpo y mucho menos se les permite pensar y actuar libremente en infinidad de situaciones que para muchas otras, como nosotras, son cotidianas y carecen de valor. Vivan cerca de ti o a la otra parte del planeta, son mujeres, al igual que tú. Al igual que yo. Al igual que nosotras.

Una obra publicada en 1985 pero cargada de sentido y de feminismo, que vaticina, a mi modo de ver las cosas, lo que podría ocurrir (y en parte ya ha ocurrido en tiempos pasados) en caso de volver a vivir tiempos convulsos, de gran represión social y misoginia elevada a su máximo exponente.

Estoy deseando leer «Los testimonios», de la misma autora, Margaret Atwood.

SINOPSIS:

Amparándose en la coartada del terrorismo islámico, unos políticos teócratas se hacen con el poder y, como primera medida, suprimen la libertad de prensa y los derechos de las mujeres.

Esta trama, inquietante y oscura, que bien podría encontrarse en cualquier obra actual, pertenece en realidad a esta novela escrita por Margaret Atwood a principios de los ochenta, en la que la afamada autora canadiense anticipó con llamativa premonición una amenaza latente en el mundo de hoy.

En la República de Gilead, el cuerpo de Defred sólo sirve para procrear, tal como imponen las férreas normas establecidas por la dictadura puritana que domina el país. Si Defred se rebela ―o si, aceptando colaborar a regañadientes, no es capaz de concebir― le espera la muerte en ejecución pública o el destierro a unas Colonias en las que sucumbirá a la polución de los residuos tóxicos. Así, el régimen controla con mano de hierro hasta los más ínfimos detalles de la vida de las mujeres: su alimentación, su indumentaria, incluso su actividad sexual. Pero nadie, ni siquiera un gobierno despótico parapetado tras el supuesto mandato de un dios todopoderoso, puede gobernar el pensamiento de una persona. Y mucho menos su deseo.

Los peligros inherentes a mezclar religión y política; el empeño de todo poder absoluto en someter a las mujeres como paso conducente a sojuzgar a toda la población; la fuerza incontenible del deseo como elemento transgresor: son tan sólo una muestra de los temas que aborda este relato desgarrador, aderezado con el sutil sarcasmo que constituye la seña de identidad de Margaret Atwood. Una escritora universal que, con el paso del tiempo, no deja de asombrarnos con la lucidez de sus ideas y la potencia de su prosa.

Número de páginas: 416 (formato físico)

Editorial: Salamandra

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