«Entre nosotras, entre mujeres, somos más fuertes cuando nos escuchamos; todo es más fácil cuando nos sostenemos.
Y acuérdate también de que, cuando tú necesites algo, ni lo dudes: piensa en ellas. Porque no serán perfectas, pero te aseguro que, sin importar lo que te pase, nadie te va a entender como lo harán ellas».

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Una finca. En cada piso una mujer maravillosa, con su mochila y sus lastres, que te hará entender por qué son como son, visten como visten y actúan de la manera en que lo hacen. Una portera que rige el funcionamiento de la finca y que empatiza con todas y cada una de ellas.

Una bonita historia -verídica, por cierto, en su inmensa mayoría- entretejida como resultado de la de cada una de las protagonistas, que nos enseña a respetar y a admirar a cada mujer con la que nos encontramos en la acera, en el metro o en el supermercado. Porque nos enseña que cada una de nosotras lleva su propia lucha y que no es tan fácil juzgar a l@s demás cuando tratas de ponerte sus zapatos.

En definitiva, una novela cuya lectura resuena como un canto a la sororidad, al amor por las mujeres y a la valentía, por lo mucho que les ha tocado resistir y obstáculos que vencer hasta llegar a aquí. Porque muchas de ellas (y de nosotras) los seguimos derribando…

Una lectura sencilla, amena, que se disfruta en un periquete y que, sobre todo, tiene un alto componente emocional. Es imposible que ninguna de estas historias -si no todas ellas- no te pellizque el corazón…

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Beatriz Sánchez

Ambientóloga. Valenciana. Lectora y viajera empedernida.

lectorascotorras.com