«Sin embargo, ni los cerdos ni los perros producían alimentos con su trabajo, y había muchos, y siempre tenían buen apetito.
En cuanto a los demás, su vida, hasta donde ellos sabían, era la misma de siempre. Por lo general, tenían hambre, dormían sobre paja, bebían en el abrevadero, trabajaban en los campos; en invierno les molestaba el frío y en verano las moscas».
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Publicada en 1945, esta obra es una brillante alegoría y una animada sátira utópica del régimen establista que, a modo de crítica, va dirigida hacia los sistemas totalitarios y a la corrupción que genera el poder.
Se trata de un antecedente a la aparición de la terrorífica utopía de anticipación futurista #1984, aunque, como he hecho yo, se pueden leer en el orden inverso sin problema alguno.
El libro está escrito en tono de fábula, haciendo hablar a los animales y con una fácil moraleja entendible para tod@sCómo no, plagada de paralelismos y todavía hoy de plena actualidad.
La enseñanza fundamental que se desprende es la crítica al socialismo soviético estalinista y, debido a ello, el autor tuvo graves inconvenientes, en su día, para que las editoriales accedieran a publicarla.Suerte que al final una de ellas se atrevió y, aún hoy, podemos gozar de su lectura.
